A la hora de planificar la lucha contra las malas hierbas en olivar, pensando en la campaña de otoño que viene, es importante para el agricultor elegir una herramienta adecuada que solucione el problema desde antes de la cosecha hasta inicios de verano, cuando la climatología ya no sea favorable para el desarrollo de las adventicias que pueblan los campos. Existen muchas alternativas para encarar la lucha contra las malas hierbas que en el fondo están compitiendo por el agua y los nutrientes con el cultivo. ROTAM dispone de dos buenas herramientas para cumplir con este objetivo: Flazasulfuron (25% p/p) WG y Diflufenican+Glifosato (3+27% p/v) SC.

A la vista de la creciente problemática del incremento de la invasión de malas hierbas de difícil control, como pueden ser Conyza sp., Malva sp., Lactuca sp., aparte de otras que van incrementando su presencia por la falta de una buena estrategia que evite la proliferación de malas hierbas menos sensibles, y con el objetivo de ampliar el espectro de acción al máximo posible para evitar una inversión de flora y una colonización de adventicias no deseadas como Solanum nigrum u otras, en ROTAM hemos realizado durante las dos últimas campañas (2019 y 2020) ensayos con la combinación de los dos herbicidas mencionados anteriormente.
Se realizaron ensayos con aplicaciones conjuntas de Flazasulfuron (25% p/p) WG y Diflufenican+Glifosato (3+27% p/v) SC, a las dosis de 100 g/Ha y 4 l/Ha, en post-emergencia temprana (aplicados siempre bajo la línea de los árboles, correspondiendo a 1/3 de la superficie total cultivada).
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