El Servicios de Sanidad Vegetal de Cataluña y el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal de Aragón han confirmado la llegada a la península de la diabrótica (Diabrotica virgifera), una de las principales plagas del maíz en Norteamérica y en el centro de Europa. La rotación de cultivos es el método de control más efectivo.

La diabrótica, Diabrotica virgifera virgifera LeConte (Coleoptera: Chrysomelidae), es originaria de Centro América y supone una plaga muy importante del maíz en Estados Unidos, donde es conocida como ‘la plaga del millón de dólares’ por las pérdidas que ha ocasionado. Desde el continente americano llegó a Europa en 1992. Primero se detectó cerca de Belgrado (Serbia), y fue extendiéndose primero por la cuenca del Danubio y posteriormente por otras zonas de Europa. La UE la declaró plaga de cuarentena, y a pesar de los esfuerzos económicos, materiales y de personal invertidos por los países europeos para contener su expansión, en 2014 dejó de ser de considerado organismo nocivo de cuarentena y ya estaba presente en gran parte del continente. En España, sin embargo, no se había descubierto hasta este verano; concretamente, en parcelas de la comarca leridana del Pla d’Urgell y en Bujaraloz (Zaragoza).

“El insecto presenta una única generación al año y los daños más importantes lo causan las larvas al comerse las raíces de la planta. Daños de menor importancia los causan los adultos, quienes después de alimentarse, sobre todo, de las inflorescencias del maíz, se aparean y hacen la puesta en el suelo del campo”, detalla el catedrático Xavier Pons, del Departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal de la Universitat de Lleida.

Las medidas de control habituales contra las plagas del maíz (insecticidas de suelo, insecticidas aéreos, enemigos naturales) son poco efectivas. En Europa, donde el uso de variedades transgénicas Bt con eventos para el control de coleópteros no está autorizado, el  único método de control eficaz contra D. virgifera es preventivo y consiste en la rotación de cultivos, de manera que no se repita maíz sobre maíz en la misma parcela durante, al menos, dos años seguidos. “Esta estrategia de control ha hecho que la diabrótica no se considere ya una plaga clave del maíz, tal como fue considerada al principio, en los países donde la rotación de cultivos se ha establecido de forma sistemática”, tranquiliza Pons.

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