Es clave comprender por qué las plagas insectiles se adaptan rápidamente a los agroecosistemas, y por qué las fincas son susceptibles a las plagas. Mediante el diseño de agroecosistemas basados en principios agroecológicos, los agricultores pueden reducir sustancialmente la incidencia de plagas (a) haciendo que sus cultivos sean menos vulnerables a ser invadidos por estas y (b) quebrando el monocultivo mediante esquemas de diversificación que optimicen el hábitat para la fauna benéfica. Es por esto que el enfoque agroecológico se centra en la reestructuración de los agroecosistemas, aprovechando los beneficios de la biodiversidad en los agroecosistemas.

El empeoramiento de los problemas de plagas y enfermedades está relacionado con la expansión de los monocultivos a expensas de la diversidad vegetal. Esta homogeneización de los sistemas agrícolas aumenta la vulnerabilidad de los cultivos a las plagas y enfermedades. La agroecologia propone esquemas de diversificación de agroecosistemas como estrategias para reestablecer el equilibrio ecológico de los agroecosistemas. Muchas especies de insectos plaga se pueden estabilizar construyendo arquitecturas vegetacionales en los agroecosistemas que den apoyo a los enemigos naturales y/o directamente inhiban el desarrollo de las plagas. La clave es identificar el tipo de biodiversidad que se desea mantener y/o fomentar y asi aplicar las mejores prácticas de manejo para favorecer o regenerar el tipo de biodiversidad que incrementan la abundancia y la diversidad de organismos beneficos encargados del control biologico (Figura1).

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