Muchos agricultores están dispuestos a incorporar biodiversidad en el entorno de sus cultivos para favorecer la presencia de los enemigos naturales y poner en práctica el control biológico por conservación como una herramienta más en sus protocolos de gestión integrada. Pero, aunque cada día hay más información disponible, el diseño adecuado de setos que sirvan para este fin no es sencillo. Una mala elección de las especies, o una incorrecta combinación de estas, puede tener el efecto contrario al deseado y crear a la larga más problemas que soluciones. DiseñEN nace con la vocación de acompañar al agricultor en este proceso y ayudarle a la correcta selección de las especies y al diseño de un seto que llegue a convertirse en un verdadero hábitat para la fauna auxiliar.

Hoy en día la tecnología forma parte de nuestra vida cotidiana. Casi es impensable realizar ninguna actividad diaria sin hacer uso del ordenador, el móvil o la tablet. Estar conectados ya no es un lujo, sino una necesidad. Y esto es así en cualquier sector. Esta dependencia de la tecnología no es exclusiva de la vida urbana y el sector agro no es ajeno a esta tendencia. Poco a poco, están disponibles más herramientas y desarrollos tecnológicos que tanto a técnicos como a agricultores les facilitan la toma de decisiones en sus explotaciones, de forma que esto repercute en la reducción de costes, aumentando así la eficiencia y minimizando el impacto ambiental.
Los trabajos de investigación realizados durante los últimos diez años han puesto de manifiesto que numerosas especies de plantas mediterráneas albergan altas poblaciones de enemigos naturales (Rodríguez y col, 2012; Rodríguez y col, 2018, Cotes y col., 2018) y favorecen la biodiversidad de los microorganismos del suelo (Benítez y col., 2017; 2019). La proximidad de estos arbustos a los cultivos facilita la dispersión de los enemigos naturales hacia los cultivos, contribuyendo a la reducción de las plagas, lo que da lugar a un menor uso de plaguicidas. La identificación de las plantas atractivas para los enemigos naturales representa un hito crucial para el diseño de infraestructuras ecológicas funcionales (IEs), pues no todas las plantas son útiles para alcanzar este objetivo. Por otra parte, es fundamental combinar las distintas especies de manera que las IEs sean lo más parecido a un hábitat. En esto momentos, disponemos de los conocimientos suficientes para diseñar setos que contribuyan a la mejora de la biodiversidad en las zonas agrícolas y de los servicios ecosistémicos, evitando los riesgos de introducir especies de plantas que pueden ocasionar perjuicios a los cultivos.

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