El virus del fruto pardo y rugoso del tomate (tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV), identificado inicialmente en Israel en 2014, se ha extendido epidémicamente en cultivos intensivos de tomate de todo el mundo, convirtiéndose en una de sus mayores amenazas. En España, ToBRFV se detectó por primera vez en la provincia de Almería en 2019, y más tarde en Murcia; a partir de esas detecciones iniciales, se han referido algunos otros focos epidémicos discretos en ambas comunidades. ToBRFV supera la resistencia a tobamovirus en tomate; sus partículas virales muestran una gran estabilidad y se transmite mecánicamente de manera muy eficiente y también por la semilla. En este artículo se revisan las características generales de ToBRFV, incluyendo aspectos relacionados con su diagnóstico y otros que condicionan el desarrollo de sus epidemias. En cuanto a su control, se describen una serie de medidas a integrar adaptándolas a las características de cada explotación, y que tienen como objetivos, en primer lugar, evitar que se produzcan contaminaciones primarias y, de producirse, reducir los riesgos de generalización de ToBRFV en las plantaciones. Para invernaderos que ya han tenido presencia de ToBRFV, se recomiendan algunas medidas que podrían ayudar a suprimirlo y facilitar los nuevos ciclos de plantación.


El virus del fruto pardo y rugoso del tomate (tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV) es un tobamovirus emergente que se ha extendido muy rápidamente en cultivos de tomate en diversas áreas del mundo (Oladokun y col., 2019). Fue descrito por primera vez en Jordania infectando cultivos de tomate durante la primavera de 2015 (Salem y col., 2016). Muy poco tiempo después, investigadores israelíes describieron que ToBRFV era capaz de superar la resistencia de variedades de tomate portadoras del alelo Tm-22 (Luria y col., 2017), que confiere resistencia muy eficaz contra otros tobamovirus que afectan al tomate y que está incorporada en la mayoría de los híbridos comerciales actuales. Estos mismos investigadores describieron que el virus fue responsable de un brote epidémico geográficamente localizado en Ohad (Israel) durante septiembre-octubre de 2014, y que a partir de ese foco se extendió por cultivos intensivos de tomate de todo Israel en tan sólo dos años (Luria y col., 2017). A partir de estas primeras identificaciones de ToBRFV en el Medio Oriente, se han registrado brotes epidémicos en muy diversas localidades del mundo, incluyendo Alemania, Chipre, Italia, Holanda, Gran Bretaña, México, Estados Unidos de América, entre otros países, como se describe en la base de datos de la Organización Europea de Protección Fitosanitaria (European Plant Protection Organization, EPPO1) (Figura 2). En España, ToBRFV se identificó por primera vez infectando cultivos protegidos de tomate en Vicar (Almería) en 2019 (Alfaro-Fernández y col., 2021); desde ese momento, se han referido algunos brotes epidémicos discretos en cultivos de tomate tanto en Andalucía como en Murcia.

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