El control de los vectores del HLB se juega en dos frentes. Por un lado, Tamarixia dryi, parasitoide de Trioza erytreae, ha conseguido establecerse y dispersarse en la cornisa cantábrica, un paso muy importante para lograr un control óptimo del psílido, como ha ocurrido primero en Canarias y posteriormente en Galicia. Mientras tanto, la Comunidad Valenciana quiere anticiparse a la posible llegada de Diaphorina citri y ya ha solicitado la importación de su parasitoide, Tamarixia radiata, para poder avanzar los estudios y tener lista la autorización para liberarlo en caso de que el vector aparezca en la península.

En junio, investigadores del IVIA viajaron al norte de España para comprobar, junto a técnicos de los Servicios de Sanidad Vegetal de Asturias, Cantabria y País Vasco, que en las tres comunidades donde el año pasado se realizaron sueltas el parasitoide “ha pasado todo el invierno y se ha reproducido de forma tan satisfactoria que en prácticamente todas las parcelas en las que había Trioza, había niveles muy altos de Tamarixia dryi, con lo que podemos confirmar que se ha establecido y se ha dispersado por toda la cornisa cantábrica”, explica Alejandro Tena, investigador de la Unidad de Entomología del IVIA que participa en este proyecto de control biológico.

La aclimatación de esta avispilla originaria de Sudáfrica supone un gran avance para evitar la dispersión de T. erytreae. En Galicia, donde las sueltas se realizaron en otoño de 2019, ha sido capaz de dispersarse desde los puntos de las sueltas y alcanzar niveles de parasitismo muy altos. “Lo que vemos, sobre todo, es el impacto sobre la plaga. En otoño del año pasado ya veíamos cómo en Pontevedra, la provincia donde primero se liberó, menos de un 5% de las parcelas que prospectamos tenían Trioza; antes de la suelta del parasitoide, este porcentaje era del 90%”, subraya Tena.

Mientras consiguen mantener a raya a T. erytreae, alejado de las zonas citrícolas peninsulares, el IVIA y la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica temen la llegada de Diaphorini citri, tras su aparición en Israel, y ya han presentado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la documentación necesaria para solicitar la importación de Tamarixia radiata, su parasitoide específico, “para que en el momento en el que detectemos el vector, lo que antes o después sucederá, podamos liberar el parasitoide”, avanza Tena.