La globalización y facilidad del ser humano para desplazarse largas distancias, junto con el cambio climático, son el detonante del aumento de las enfermedades agrícolas emergentes en todo el planeta (Morente y Fereres, 2022), que suponen una grave amenaza para la producción agraria. Entre ellas están las debidas a bacterias asociadas a xilema y floema, que son transmitidas mayoritariamente por insectos del orden Hemiptera. La psila africana de los cítricos, Trioza erytreae (Del Guercio,1918) (Hemiptera: Triozidae) es el vector de la bacteria  Candidatus Liberibacter africanus o CLafr (McClean y Oberholzer, 1965) y se desconoce si en la naturaleza también transmite otra especie de la bacteria, aún más agresiva: Candidatus Liberibacter asiaticus o CLas. Tanto CLafr como CLas son los agentes causales de la enfermedad conocida como Huanglongbing (HLB), considerada actualmente la patología más destructiva que afecta a los cítricos (Ajene y col. 2020), como demuestra el hecho de que ya ha provocado la muerte de millones de árboles en diferentes zonas del mundo con gran tradición citrícola como Florida o Brasil (Fundecitrus, 2020).

Tal es su posible trascendencia, que CLas y CLafr no solo son plagas cuarentenarias según el Reglamento de ejecución (UE) 2019/2072 (que desarrolla el Reglamento (UE) 2016/2031 relativo a las medidas de protección contra las plagas de los vegetales) sino que son plaga prioritaria por el Reglamento (UE) 2019/1702. Hasta la fecha, la enfermedad HLB no ha sido detectada en Europa. Trioza erytreae, también plaga cuarentenaria por el Reglamento de Ejecución (UE) 2019/2072, fue detectado por primera vez en Europa en la isla de Madeira en 1994 y en las islas Canarias en 2002 (Cocuzza y col., 2017). La primera detección en el territorio continental europeo fue precisamente en la península ibérica en 2014 (Pérez-Otero y col.,  2015). Desde entonces, los diferentes programas de control y el Plan Nacional de contingencia que se establecieron al amparo de la legislación comunitaria no dieron los frutos esperados, de modo que en la actualidad la plaga se encuentra ya en la totalidad de comarcas de Galicia con presencia de cítricos, así como en las CCAA de la cornisa cantábrica (Asturias, Cantabria y País Vasco) (EPPO 2020). En Portugal, a octubre de 2021 había llegado hasta el área de Lisboa y también a los concelhos de Chaves (NE del país) y Aljezur, en el Algarve (en estos dos últimos casos no por dispersión natural), pero en abril de 2022 ya cubría toda la zona costera del país. Debido a la proximidad del insecto a las áreas citrícolas andaluzas, el riesgo que supone para la citricultura española en la actualidad es aún más elevado. Dentro de este contexto, desde la introducción en la península de Trioza erytreae, se están desarrollando diferentes proyectos de investigación cuyo objetivo principal es evitar, en la medida de lo posible, la introducción de la CLas y/o CLafr a través de estudios relacionados con su vector. En este sentido, a raíz de uno de aquellos proyectos ya se ha introducido en la península el parasitoide Tamarixia dryi (Hymenoptera Eulophidae), cuyas sueltas en Galicia y Portugal comenzaron en 2019 (Hernández-Suarez y col., 2020) y del cual los autores de esta publicación han encontrado tasas de parasitismo en torno al 70% en cítricos en diferentes zonas de la provincia de Pontevedra, y valores comprendidos entre el 35 y el 60% en el área de Torrelavega (Cantabria).

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