Bajo un punto de vista personal, tras casi 50 años de relación con la agricultura, el autor analiza los principales cambios que ha ido percibiendo en la Sanidad Vegetal. En cuanto a plagas, destacan introducciones de especies foráneas, modificaciones de autóctonas en base a alteraciones en los agroecosistemas, como las derivadas del cambio climático, y las adaptaciones de poblaciones plaga a las estrategias de manejo.
Destacan también los drásticos avances en seguridad y respeto medioambiental, así como la enorme profesionalización que se inició en el campo y empresas auxiliares durante las últimas décadas del siglo XX, con una mención muy especial al papel de las ATRIAS y a la labor desarrollada desde el Servicio de Sanidad Vegetal, centros de investigación y empresas.
Además, la evolución de una sociedad cada vez más urbana, de sus preocupaciones y medios de información (y de desinformación), estaría ejerciendo un papel muy destacable sobre políticas agrarias y estrategias de marketing que condicionan la producción agraria. Algunas de estas tendencias pueden suponer un riesgo para nuestra soberanía alimentaria, así como para la seguridad y sostenibilidad, por lo que deberían ser reconsideradas.
