La agricultura española, especialmente en el ámbito de los cultivos frutales y hortícolas, se enfrenta a un desafío creciente: el control de los nematodos fitoparásitos. Estos organismos microscópicos, aunque invisibles a simple vista, pueden causar daños significativos en las raíces, abriendo paso a hongos, bacterias y virus, afectando el desarrollo y la productividad de cultivos clave para nuestra economía agrícola. Su capacidad de dispersión a través del suelo, el agua de riego y el material vegetal los convierte en ‘viajeros invisibles’ que amenazan la estabilidad de los sistemas productivos.
Con la Unión Europea limitando progresivamente el uso de soluciones químicas tradicionales, el sector agrícola se ve obligado a adoptar nuevas estrategias de manejo que garanticen la rentabilidad sin comprometer la sostenibilidad. La implementación, junto a nematicidas, de técnicas como la rotación de cultivos, el uso de coberturas vegetales, la incorporación de materia orgánica y el desarrollo de variedades resistentes, se posicionan como alternativas viables frente a este reto.
Afrontar estos ‘riesgos visibles’ implica no solo adaptar las prácticas agronómicas, sino también fomentar la innovación y la transferencia de conocimiento entre agricultores, técnicos y distribuidores. En este contexto, la gestión integrada de nematodos es fundamental para asegurar el futuro de la agricultura española, en armonía con las nuevas exigencias medioambientales europeas.
