En la actualidad, nuestra agricultura se enfrenta a un doble reto. Por un lado, tiene que lidiar cada vez con más plagas y enfermedades, cuyos impactos se ven incrementados por el cambio climático. Por otro lado, la normativa sobre la autorización y utilización de los productos fitosanitarios en la UE, que en aras de proteger la salud de nuestros consumidores, de nuestros agricultores y del medio ambiente, obliga a seguir un procedimiento de registro muy largo y costoso para la industria de fitosanitarios. Esto ha supuesto la prohibición de numerosas herramientas muy efectivas para el manejo de plagas y enfermedades. Ante esta situación es necesario adoptar medidas como: 1) incrementar las exigencias en frontera para evitar la entrada de plagas y enfermedades; 2) adaptar las estrategias de manejo de éstas a un contexto de cambio climático; 3) ofrecer suficientes herramientas efectivas para la aplicación de estas estrategias; y 4) exigir reciprocidad fitosanitaria a las producciones de terceros países, de manera que se garantice la seguridad alimentaria de nuestros consumidores, así como la sostenibilidad ambiental y económica para nuestros agricultores.
En esta jornada de Agromurcia se está abordando la problemática de los riesgos fitosanitarios para nuestra agricultura, y dentro de este bloque, más concretamente, los relacionados con el cambio climático.
Ante la globalización y el incremento de los intercambios de vegetales y productos vegetales que se producen a nivel mundial, la normativa fitosanitaria intenta reducir los riesgos de entrada de plagas y enfermedades asociados a estos movimientos. No obstante, vemos cómo año tras año las interceptaciones de plagas y enfermedades en las fronteras de la UE se mantienen, e incluso crecen.
