El escarabajo de la trufa, Leiodes cinnamomeus, es una plaga importante en las plantaciones de trufa negra (Tuber melanosporum) del sur de Europa. Adultos y larvas se alimentan de los cuerpos fructíferos durante el otoño e invierno, generando pérdidas económicas de hasta el 70%. Los nematodos entomopatógenos (NEPs) se presentan como una opción prometedora para el control de L. cinnamomeus. Para conocer si los NEPs se encuentran de forma natural en los suelos de las plantaciones truferas, se evaluó su presencia en 164 plantaciones de T. melanosporum de Teruel y Cataluña. El siguiente objetivo fue determinar si los diferentes estadios del ciclo de L. cinnamomeus eran susceptibles a los NEPs a distintas temperaturas. Finalmente, se estudió la interacción que pueden provocar los volátiles que emiten las trufas en la localización de las larvas de L. cinnamomeus por parte de los nematodos. Para ello, se diseñó un ensayo de olfactómetro para determinar si los NEPs se sienten atraídos o repelidos por los cuerpos fructíferos maduros de T. melanosporum, y otro ensayo de quimiotaxis para comprobar qué compuestos orgánicos volátiles causan atracción en los nematodos. En este artículo se presentan los resultados de diversos estudios publicados para analizar la potencialidad de los nematodos entomopatógenos en el control de este escarabajo (Ivan y col., 2023, 2024).
La trufa negra (Tuber melanosporum) es un hongo micorrízico que establece relaciones mutualistas con varias especies de árboles, principalmente del género Quercus. El cuerpo fructífero del hongo madura a lo largo del otoño-invierno, teniendo un elevado valor gastronómico e interés económico en algunas regiones de España, Italia y Francia (Oliach y col., 2020) (Foto 1). España es actualmente el mayor productor mundial de trufa negra, generando el 43% de la producción europea, siendo un motor económico en algunas regiones como la provincia de Teruel, y particularmente la comarca de Gúdar-Javalambre (Garcia-Barreda y col., 2020). Poco a poco este cultivo ha ido incrementándose y tecnificándose en esta región, representando actualmente entre el 60-70% de la superficie cultivada de trufa en España (Oliach y col., 2020). Sin embargo, el cultivo intensivo y el uso de prácticas como el riego ha favorecido el desarrollo de insectos que se alimentan de las trufas, dando lugar a la aparición de plagas, como el caso del escarabajo de la trufa Leiodes cinnamomeus (Martín-Santafé, 2020). Estos insectos en condiciones silvestres se encuentran en equilibrio, jugando un papel importante en la dispersión de las esporas de la trufa.
