Hace 150 años, la plaga de la filoxera (Daktulosphaira vitifoliae) destruyó los viñedos europeos y transformó la industria del vino, que para sobrevivir se vio obligada a plantar portainjertos de vid americana resistentes sobre los que se injertaron variedades europeas (Vitis vinifera). A Canarias no llegó la plaga y así pudo mantener variedades autóctonas que en la península se perdieron o se transformaron por los injertos en portainjertos americanos. Hasta este verano, en el que se descubrió un foco de D. vitifoliae en Tenerife, en un jardín particular y en terrenos próximos parcialmente abandonados de La Laguna.
El Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife trabajan de forma coordinada para controlar este primer foco, que sigue contenido en Valle de Guerra. Ambas administraciones establecieron y aplicaron las medidas fitosanitarias para proceder al control del foco inicial, entre ellas la retirada de las plantas afectadas y sus raíces, así como su eliminación tras su desinfección. De forma paralela, se estableció una zona delimitada alrededor del foco detectado, en la que se están llevando a cabo trabajos de prospección de todas las plantaciones vid comerciales y no comerciales. El último balance arroja un total de 3.454 prospecciones para el control y erradicación de la filoxera en 28 municipios, en los que se han detectado 64 afectadas.