En la cuenca mediterránea, el caqui de la variedad ‘Rojo Brillante’ sufre hasta cuatro oleadas de caída prematura de frutos. La primera, conocida como caída fisiológica, ocurre de manera natural tras la floración, pero las siguientes —en pleno verano— están asociadas al calor y al estrés hídrico, pudiendo provocar pérdidas de hasta el 90% de la cosecha.

La abscisión o desprendimiento de órganos vegetales es un proceso complejo, regulado por factores genéticos, hormonales, nutricionales y ambientales. Este trabajo evalúa la función del calcio (Ca) en la zona de abscisión, con especial atención a su efecto protector frente a la degradación de la pared celular y la caída de frutos. Ensayos en campo demostraron que las aplicaciones regulares de Ca cada 15 días desde la floración, redujeron significativamente la caída de frutos. El tratamiento estabilizó el transporte de auxinas, limitó la expresión del gen DkIDL6 (responsable de activar la separación) y redujo la actividad de enzimas como la poligalacturonasa (PG) y la pectina metilesterasa (PME). Como resultado, los frutos tratados mostraron mayor retención, firmeza y peso al final de la campaña.

El desprendimiento de flores, hojas o frutos —conocido como abscisión— ocurre en una fina capa de células llamada zona de abscisión (ZA), encargada de separar el órgano del resto de la planta. En condiciones naturales, este proceso cumple funciones esenciales como la dispersión de semillas, la eliminación de tejidos dañados y el ahorro de recursos (Ferrándiz, 2002). No obstante, cuando la abscisión afecta a frutos que ya han alcanzado un tamaño apreciable, especialmente en especies leñosas como cítricos, manzano, aguacate y caqui, la caída prematura de frutos constituye un problema productivo de gran relevancia.

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