El kaki mantiene su posición como cultivo estratégico en la Comunitat Valenciana, concentrando el 90% de la superficie cultivada en España, a pesar de la reciente caída del 12,5% de las hectáreas desde 2019. La provincia de Valencia, y especialmente la comarca de la Ribera del Xúquer, es el corazón de esta producción, pero afronta grandes retos que amenazan su rentabilidad, desde la climatología adversa hasta el avance de las plagas.
En un contexto de pérdida de materias activas, el sector busca soluciones de biocontrol de alta eficacia y seguridad. Para dar respuesta a esta necesidad, la empresa Seipasa ha puesto el foco en el cultivo del kaki con el lanzamiento de nuevos registros biológicos. Destacan el bioinsecticida de choque Pirecris, diseñado para combatir plagas como el peligroso Scirtothrips aurantii, y el bioestimulante SeiZen. Junto a ellos, Fungisei, un fungicida microbiológico de amplio espectro, completa una estrategia 360º. Esta combinación ya ha demostrado en ensayos una significativa reducción de la incidencia de plagas, revelando un camino más sostenible y rentable para el futuro del kaki valenciano.
