El Comité de Gestión de Cítricos ha ofrecido la colaboración de sus empresas asociadas para colaborar con sus insectarios en la producción y dispersión de los parasitoides y depredadores necesarios para reducir la población del cotonet Delottococcus aberiae. A pesar de haber superados todos los escollos para poder realizar la suelta masiva de Anagyrus aberiae, parasitoide importado de Sudáfrica, en las parcelas de cítricos afectadas, el CGC asegura que los insectarios de la Generalitat Valenciana “no están en condiciones de criar y multiplicar los enemigos naturales de esta plaga para así proceder a su suelta masiva”.

El CGC ofrece la colaboración de sus empresas para multiplicar el parasitoide y reclama al Gobierno autonómico que subcontrate estas labores “para disponer de un plan de lucha biológica efectivo en 2021”. La asociación pone de ejemplo a la Junta de Andalucía, que “en previsión de que pueda localizarse un foco de Delottoccoccus aberiae en su región, mantiene conversaciones con una empresa privada (Koppert) para el suministro y su inmediata suelta masiva tanto del depredador nativo Cryptolaemus montrouzieri (que ya se usa para controlar otros tipos de cochinillas ya presentes) como para, en su caso, criar y multiplicar en sus insectarios y dispersar el parasitoide importado de Sudáfrica, Anagyrus aberiae, que sólo se alimenta de esta plaga. La Generalitat Valenciana debería considerar también esta opción”. Koppert aseguró en un comunicado que ha desarrollado una estrategia de control biológico frente al cotonet, basado en el uso combinado del escarabajo depredador Cryptolaemus montrouzieri con Pegafit®, un adhesivo especial para árboles, que ha obtenido buenos resultados.

Con la intención de facilitar la actuación de los Servicios de Sanidad Vegetal valencianos, el CGC pone a su disposición los insectarios particulares de más de una decena de operadores asociados para ampliar la producción de ambas soluciones naturales y facilitar a un tiempo su dispersión, tanto por las fincas propias como por las vecinas. “El caso del Cryptolaemus es especialmente acuciante porque su suelta podría comenzar este mismo verano pero la falta de cantidad suficiente que poder distribuir por parte de los insectarios de la Generalitat va a limitar su dispersión a unos mínimos de dudosa eficacia”, denuncia la asociación.

Las empresas exportadoras del CGC ofrecen también instalar en los árboles de sus fincas las trampas con la feromona sexual atrayente que sirve para confirmar su presencia y niveles de población. “Garantizar en 2021 un plan de lucha biológica efectivo que permita evitar el impacto de una segunda campaña con la plaga descontrolada y en expansión (además de los daños en la próxima, se podrían sumar los de la 2021/2022) pasa también, a juicio del CGC, porque el ministerio renueve ya el permiso excepcional dado para el uso de esta feromona en la presente campaña. Por eso y por encontrar alguna manera de abaratar su coste y por facilitar su inclusión en los programas operativos europeos para así propiciar un uso más generalizado”, propone la asociación.

Por su parte, el director general de Agricultura, Roger Llanes, declaró al periódico Levante-EMV que la primera suelta se realizó el pasado 13 de agosto en una en una parcela de clemenules de Onda (Castellón) y anunció que se van a construir unas instalaciones ad hoc en el insectario de Moncada. En esta campaña, la Generalitat va a  invertir 700.000 euros en la lucha contra esta plaga -en junio reclamó al ministerio una dotación de 12 millones de euros-. “Los citricultores pueden estar tranquilos, porque en marzo-abril próximos, el problema estará bajo control”, han asegurado a Las Provincias Roger Llanes y Francisco Rodríguez Mulero, secretario autonómico de Agricultura. La Conselleria confía en tener controlada la plaga la próxima primavera, cuando se inicie la floración para la siguiente cosecha de cítricos, que es el momento en el que este insecto produce los daños en la fruta.