La avispilla del almendro (Eurytoma amigdali) sigue expandiéndose y ya afecta a unas 200.000 hectáreas, el 28% de la superficie total de este cultivo en España, según un estudio elaborado por los servicios técnicos de la organización de Unión de Uniones, que estima las pérdidas ocasionadas por la plaga en 14 millones de euros.

Según este estudio, 10,6 millones de euros corresponderían a pérdidas directas de producción, mientras que el 25% restante, 3,5 millones de euros, al incremento de los gastos fitosanitarios necesarios para hacer frente a la plaga. El 40% de la superficie afectada se encuentra en Castilla-La Mancha, Comunidad más afectada, por delante de la Comunidad Valenciana (26%), Aragón (18%), Murcia (14%) y Cataluña (2%).

Unión de Uniones advierte de que el seguimiento de este himenóptero, debido a la ausencia de una feromona que permita conocer con precisión el ciclo biológico, es muy complicado, por lo que en la actualidad, los estudios se centran en detectar con la mayor precisión posible el comienzo de la emergencia de los primeros adultos. El cálculo del momento exacto es trascendental ya que el periodo del tratamiento fitosanitario es muy corto y se ha de actuar antes de que las hembras hagan la puesta, ya que la realizan rápidamente después de emerger.

 El mayor peligro de esta plaga, según el responsable del sector almendra de Unión de Uniones, Ricardo Beltrán, radica en la “falta de coordinación” y en que el tratamiento y control de forma individual es insuficiente. “Si mi vecino de parcela tiene los almendros abandonados o no actúa ante la avispilla, de nada sirve mi esfuerzo y las inversiones que haga en tratamientos. Por ello, es muy importante eliminar los almendros afectados de los campos abandonados y cunetas de las carreteras”.

La asociación reclama a corto plazo, mientras no se logre el control y la minimización de daños, un paquete de ayudas directas a los productores afectados que compensen las pérdidas económicas provocadas por una plaga foránea. Asimismo, también plantea a las distintas Administraciones que coordinen un plan de actuación conjunta que permita el control, la disminución de daños y evite su expansión, así como una mayor inversión en líneas de investigación.

Eurytoma amigdali está presente en todos los países mediterráneos, extendiéndose de este a oeste. En Francia se detectó por primera vez en 1981, mientras que la primera detección en territorio español se remonta a julio de 2010 en Castilla-La Mancha. Desde entonces, se ha expandido a Aragón, la Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña, convirtiéndose en un problema para las plantaciones de este cultivo en la cuenca mediterránea, sobre todo de producción ecológica, ya que ni el control tecnológico, con feromonas sexuales y trampas con atrayentes alimenticios, ni el control biológico están siendo eficaces por el momento. La eliminación de los frutos afectados y la aplicación de tratamientos durante la época de apareamientos y puestas se han revelado como las estrategias preventivas más recomendables y rentables.