Cientos de tractores han recorrido las calles de París este miércoles en defensa de la soberanía alimentaria y para protestar por las restricciones en el uso de fitosanitarios. La gota que ha colmado el vaso ha sido la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que prohíbe el uso de semillas tratadas con neonicotinoides, sustancias activas insecticidas cuyo uso al aire libre está prohibido en la UE.

Convocados por la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), la principal organización agraria francesa, los agricultores entraron en la capital por la Puerta de Versalles y se concentraron en la explanada de Los Inválidos. Bajo el lema ‘Salva a tu campesino’ (#sauvetonpaysan), a la protesta acudieron más de cuatro mil agricultores, según la organización, la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA). “Los agricultores se encuentran hoy en día ante restricciones normativas de todo tipo que dificultan proyectos innovadores en los territorios. Ahora se enfrentan a estancamientos en las soluciones frente a las amenazas para la salud de los cultivos o frente a la depredación. Por no hablar de los intentos de los distribuidores de vender nuestros productos y el recurso masivo a la importación de productos de menor precio, provengan o no de tratados de libre comercio injustos y sancionadores”, explica el comunicado de FNSEA, que alerta de la descapitalización y reubicación de las producciones agrarias.

La organización explica que el “golpe de gracia” lo ha propinado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea al prohibir las autorizaciones excepcionales al uso de semillas tratadas con los clotianidina y tiametoxam. Un mecanismo al que han recurrido muchos países, entre ellos España, desde que se prohibieron estos neonicotinoides al aire libre, en 2018; sobre todo en el cultivo de la remolacha azucarera. El Ministerio de Agricultura francés confirmó tras la sentencia que no concedería una nueva excepción para este año y anunció un plan de acción para buscar soluciones alternativas. “Toda la producción agrícola se ve afectada. Todas las regiones están afectadas. La moral de los agricultores se ve afectada. Desde principios de año, nuestras federaciones se han estado movilizando en todo el territorio para alertar de los callejones sin salida en los que se encuentran muchos sectores”, denuncia la organización, que ha invitado a la sociedad francesa a apoyar la variedad y arraigo de su agricultura.

Fundada en 1946, la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores es el primer sindicato agrario francés. Engloba a 31 asociaciones especializadas y 212.000 agricultores.