La Comisión Europea ha aprobado un nuevo Reglamento que, una vez aplicado, reducirá el límite máximo de residuos en los alimentos para dos neonicotinoides: clotianidina y tiametoxam. El uso al aire libre de estos insecticidas ya se prohibió en 2018. Ahora, las nuevas normas reducirán los LMR existentes al nivel más bajo que se puede medir con las últimas tecnologías. Se aplicarán a todos los productos producidos en la UE, pero también a los alimentos y piensos importados a partir de 2026.

Las evaluaciones realizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) han demostrado que las dos sustancias activas representan un alto riesgo para las abejas y contribuyen a la disminución global de polinizadores. “Cuando se trata del uso y el riesgo de los plaguicidas, siempre hemos sido claros sobre nuestro compromiso de proteger la salud de nuestros ciudadanos y el medio ambiente. Las acciones de hoy, que también afectan a los alimentos importados, se basan en nuestra decisión de 2018 de prohibir el uso al aire libre de estos dos neonicotinoides dentro de la UE, ya que, por primera vez, se reducirán los niveles máximos de residuos de plaguicidas para abordar la disminución de polinizadores y proteger nuestro medio ambiente. Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con las ambiciones de la estrategia De la granja a la mesa de avanzar hacia sistemas alimentarios sostenibles y proteger a los polinizadores”, afirma Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria.

Este Reglamento responde los objetivos del Pacto Verde de tener en cuenta los aspectos medioambientales al evaluar las solicitudes de importación de alimentos que contengan sustancias activas que ya no están aprobadas en la UE, dentro del respeto a las normas y obligaciones de la Organización Mundial del Comercio. Las medidas se aplicarán a los productos importados a partir de 2026, para que los terceros países dispongan de un margen de adaptación suficiente.

Recientemente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que los Estados miembros no podrán autorizar el uso de semillas tratadas con neonicotinoides. Además, la Comisión acaba de presentar un documento con medidas que deben adoptar de aquí a 2030 la UE y los Estados miembros para revertir el declive de los polinizadores; entre ellas, contempla exigir ensayos adicionales para determinar la toxicidad de los fitosanitarios en los polinizadores.