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La enfermedad conocida como Fuego bacteriano está ocasionada por la bacteria Erwinia amylovora. Se trata de una enfermedad de cuarentena que puede afectar a todos los frutales de pepita y a otros vegetales de la familia de las rosáceas (Crataegus, Pyracantha, Cotoneaster, Sorbus…). Los Reales Decretos 1201/1999, 1512/2005 y 246/2010 establecen el Programa Nacional de Erradicación y Control del Fuego bacteriano de las rosáceas.
La presencia de Fuego bacteriano en una zona determinada, puede provocar a corto o medio plazo la desaparición de las especies vegetales más sensibles, especialmente de la mayor parte de variedades comerciales de pera, si no se adoptan las medidas adecuadas de erradicación. Cabe destacar que las especiales condiciones climatológicas de la pasada primavera, temperaturas elevadas y precipitaciones continuas, han favorecido la manifestación de los síntomas de la enfermedad, tal y como se ha comprobado en los municipios afectados por los técnicos quienes vienen realizando intensas y reiteradas prospecciones con el fin de delimitar los focos de la enfermedad y evitar su dispersión.
A pesar de los esfuerzos desplegados por el Ministerio de medio ambiente, medio rural y marino y habida cuenta de los numerosos focos encontrados, se hace necesario contar con la estrecha colaboración de los fruticultores de las zonas afectadas para así contrarrestar el avance de la enfermedad, cuestión que afecta sin duda alguna a los intereses económicos de la fruticultura.
Ante la aparición de enfermedades foliares en los cereales (trigo, cebada), se recomienda tratar si se cumplen los umbrales de tratamiento en los momentos que se exponen a continuación.
Los controles se realizarán en el tallo principal, sobre las 2 últimas hojas emergidas de cada planta. En el caso de mal de pie, el control se hará sobre todos los tallos de la planta.
Se utilizarán solamente aquellos productos fitosanitarios que estén autorizados en el cultivo contra estas enfermedades.
Los daños se presentan por rodales, manifestándose por raquitismo de los brotes y falta de producción. Los daños más importantes los producen en las plantaciones jóvenes, atacando principalmente la zona del injerto, pudiendo llegar a matarlas, ya que también en estas plantaciones jóvenes se alimentan de sus raíces.
La enfermedad conocida como Fuego bacteriano está ocasionada por la bacteria Erwinia amylovora. Se trata de una enfermedad de cuarentena que puede afectar a todos los frutales de pepita y a otros vegetales de la familia de las rosáceas (Crataegus, Pyracantha, Cotoneaster, Sorbus?).
Es importante comenzar los tratamientos contra esta enfermedad a partir del estado fenológico D3 (aparición de yemas florales), repitiéndolo a la caída de pétalos con alguno de estos productos:
Ante la aparición de enfermedades foliares en los cereales (trigo, cebada), se recomienda tratar si se cumplen los umbrales de tratamiento en los momentos que se exponen a continuación.
Los controles se realizarán en el tallo principal, sobre las 2 últimas hojas emergidas de cada planta.
En el caso de mal de pie, el control se hará sobre todos los tallos de la planta. Se utilizarán solamente aquellos productos fitosanitarios que estén autorizados en el cultivo contra estas enfermedades.
Para un control eficaz del moteado son fundamentales los tratamientos preflorales. Desde el estado fenológico C/C3, hinchado de las yemas, y en condiciones climáticas favorables, lluvias y temperaturas suaves, se pueden producir las infecciones primarias. Tratar con productos preventivos.
Los daños se presentan por rodales, manifestándose por raquitismo de los brotes y falta de producción. Los daños más importantes los producen en las plantaciones jóvenes, atacando principalmente la zona del injerto, pudiendo llegar a matarlas, ya que también en estas plantaciones jóvenes se alimentan de sus raíces.
Esta enfermedad de los frutales de pepita esta ampliamente extendida por gran parte de Europa. Todos los casos aparecidos en gran parte de nuestro territorio (en las comunidades de Castilla La Mancha, Cataluña, Aragón, La Rioja) en años anteriores han sido erradicados, por lo que la UE aun considera zona protegida estas regiones de este organismo nocivo. Es por ello muy importante informar urgentemente si se observan síntomas sospechosos a los servicios de sanidad vegetal correspondientes para poder analizar las muestras y proceder a la erradicación de la bacteria si se confirmara su presencia. Es muy importante emplear siempre plantel con Pasaporte Fitosanitario.
Para tratar de evitar la introducción y la dispersión de esta bacteria en las parcelas de frutales de hueso y almendro, los agricultores deben adoptar las siguientes medidas:
El material vegetal para nuevas plantaciones (yemas, patrones y plantones) deben proceder exclusivamente de un vivero autorizado e ir acompañado del preceptivo pasaporte fitosanitario.
En caso de observar síntomas sospechosos de la enfermedad deben ponerse en contacto con su técnico asesor (ATRIAs, Cooperativas, etc.) o con el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal para confirmar la presencia de la bacteria y aplicar, en su caso las medidas oportunas.
Se ha detectado la presencia del nematodo Anguina tritici en cebadas, en algunas comarcas de la comunidad de Aragón.
Este nematodo infecta las semillas de siembra de los cereales de invierno, permanece en los campos infectados, se transmite a la planta y posteriormente puede llegar a invadir la espiga en formación. Realiza la puesta en los primordios de los órganos florales, donde se convierten en "agallas" (bolsas con miles de nematodos).
Este coleóptero puede causar daños en todos los frutales, pero los más sensibles son almendro, albaricoquero, cerezo y ciruelo; menos sensibles son melocotonero y nectarina.
Los daños en los frutales de pepita son muy excepcionales. En frutales la aplicación de insecticidas sólo está permitida en pulverización foliar y por lo tanto los tratamientos irán dirigidos contra adultos, los cuales habrán emergido en su totalidad durante el mes de septiembre y se estarán alimentando de la corteza de ramos tiernos para acumular reservas que les permitan pasar el invierno y comenzar la actividad sexual en la próxima primavera.
En las parcelas donde se hubiese detectado la presencia de esta plaga, se continuará protegiendo los frutos hasta la recolección con cadencias de dos semanas, utilizando insecticidas que además de agusanado tengan acción sobre esta otra plaga como: clorpirifos 25% y 75%-(21) o metil-clorpirifos-(15).
Este insecto afecta al fruto en la zona del cáliz favoreciendo la instalación de hongos, que en el periodo de conservación causan graves daños de podredumbres. Por ello, además del tratamiento insecticida, sería aconsejable efectuar al menos dos aplicaciones con los fungicidas: iprodiona Rovral Aquaflo-(21), mancozeb-(28), metiltiofanato-( 3) o tiram-(15) a 30 y 15 días antes de la recolección.
Durante estos últimos años esta plaga está aumentando en los viñedos.
En hojas se manifiesta por una coloración rojiza en el borde que luego va penetrando hacia el interior entre los nervios, llegando a secarse e incluso cayéndose la hoja durante el envero. Si se agita la vegetación pueden verse volar estos mosquitos de color verde.
Ante la aparición de enfermedades foliares en los cereales (trigo, cebada), se recomienda tratar si se cumplen los umbrales de tratamiento en los momentos que se exponen a continuación.
Los controles se realizarán en el tallo principal, sobre las 2 últimas hojas emergidas de cada planta. En el caso de mal de pie, el control se hará sobre todos los tallos de la planta.
Se utilizarán solamente aquellos productos fitosanitarios que estén autorizados en el cultivo contra estas enfermedades.
Los daños se presentan por rodales, manifestándose por raquitismo de los brotes y falta de producción. Los daños más importantes los producen en las plantaciones jóvenes, atacando principalmente la zona del injerto, pudiendo llegar a matarlas, ya que también en estas plantaciones jóvenes se alimentan de sus raíces.
Esta enfermedad de los frutales de pepita esta ampliamente extendida por gran parte de Europa. Todos los casos aparecidos en gran parte de nuestro territorio (en las comunidades de Castilla La Mancha, Cataluña, Aragón, La Rioja) en años anteriores han sido erradicados, por lo que la UE aun considera zona protegida estas regiones de este organismo nocivo.
Es por ello muy importante informar urgentemente si se observan síntomas sospechosos a los servicios de sanidad vegetal correspondientes para poder analizar las muestras y proceder a la erradicación de la bacteria si se confirmara su presencia. Es muy importante emplear siempre plantel con Pasaporte Fitosanitario.
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Plaza de Almansa, 1, 46001 Valencia