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AEPLA celebró el pasado día 28 de marzo su XXX Asamblea General en Madrid. En esta ocasión se unían varios motivos para la celebración, un aniversario y también para la preocupación, después de las crisis con las que se cerró y empezó un nuevo año. "30 años es una magnífica edad", recordó el Presidente de AEPLA Pau Relat, a los asistentes. Realizó un breve repaso a la historia de los últimos años, recordando, por ejemplo, que en el año 84
eran 74 las empresas asociadas. Después de hacer un recorrido sobre los grandes hitos y temas, Relat concluyó que "después de 30 años, seguimos teniendo los mismo problemas que teníamos entonces" y agradeció la contribución de todos los que han hecho posible la existencia de la Asociación.
Varios compuestos químicos de bajo riesgo fueron testados como alternativa a los fungicidas de síntesis para el control de podredumbre azul en fruta de pepita y podredumbre verde en cítricos. Después de seleccionar los compuestos se determinó la concentración mínima inhibitoria y se combinaron con calor. Los resultados indican que sustancias como ácido acético, ácido cítrico, ácido propionico, propionato de sódio, etanol, etc. a concentraciones bajas inhiben el desarrollo de Penicillium expansum y de P. digitatum.
La concentración de la oferta en el sector hortofrutícola se ha convertido en una de las aspiraciones más importantes de los últimos diez años. La necesidad de reducir costes de producción y de que los agricultores obtuviesen en sus producciones un mayor valor añadido, son los principales ejes sobre los que gravita el fenómeno de la creación de Consorcios de Exportación.
La producción y consumo de productos frescos cortados ha experimentado un notable incremento en los últimos años debido a los cambios en los hábitos de los consumidores. No obstante, la elevada intensidad respiratoria que presentan la mayoría de frutos como respuesta a los daños mecánicos infligidos durante el procesado ha limitado hasta el momento el desarrollo de productos frescos cortados a partir de frutas. La conservación de los frutas frescas cortadas puede lograrse mediante una correcta selección de materias primas, junto con la combinación inteligente de distintos tratamientos de conservación.
Durante los últimos años se ha notado un cambio notable en los hábitos alimentarios de la población. No sólo se espera satisfacción de la comida, sino también que contribuya a mejorar nuestra salud y bienestar. Además, cada vez es más escaso el tiempo para su preparación. Debido a esto, las frutas y hortalizas mínimamente procesadas en fresco constituyen un sector de rápido crecimiento en la industria de los alimentos. Tratándose de productos muy perecederos, deben ser manipulados siguiendo estrictas normas de control de calidad. En este artículo se describen las principales alteraciones físicas, fisiológicas y microbiológicas que más frecuentemente presentan y se indican algunas pautas generales acerca de la tecnología actualmente disponible para su control.
La evolución y desarrollo tecnológico de nuestros tiempos va conformando una sociedad cada vez más dinámica, donde los cambios en los sistemas de aprovechamiento de recursos, organización de la sociedad, sistemas de comunicación, así como la interacción entre diferentes culturas y mercados genera los cambios más rápidos y extraordinarios de la Historia de la Humanidad.
La limpieza y desinfección de envases, cámaras de conservación, líneas de manipulación, etc., es una de las medidas preventivas necesarias para minimizar la incidencia de podredumbres durante el período poscosecha de la fruta. El Servei Tècnic Postcollita ha realizado diversos estudios para comprobar la eficacia de varias materias activas (peróxido de hidrógeno, amonios cuaternarios, gluteraldehído, formaldehído, ortofenilfenol, formol y sustancias naturales de origen vegetal), en la reducción de la contaminación causada por Penicillium sp, Botrytis sp, Alternaria sp y Rhizopus sp (patógenos poscosecha responsables de los principales problemas de podredumbres en nuestra zona).
El sector de las frutas y hortalizas debe atenerse a las exigencias de unos mercados y consumidores que cada día más demandan un producto final de calidad libre de residuos de productos fitosanitarios. Por ello, en sectores como el de los cítricos o la fruta de pepita, existe un interés creciente en la investigación y el desarrollo de métodos de control de enfermedades de poscosecha alternativos a los fungicidas químicos convencionales. Tratamientos físicos de poscosecha, como el calor, las irradiaciones, o las atmósferas controladas se están evaluando, solos o combinados con tratamientos de otra naturaleza, para el control no contaminante de podredumbres. Su aplicación también podría resultar útil en sectores como el de la fruta de hueso y algunas hortalizas, en los que la legislación española actual no permite la utilización de fungicidas en poscosecha.
Este artículo pretende resumir los trabajos de investigación realizados en los últimos 17 años, por la Unidad de Patología del Área de Postcosecha del Centre UdL-IRTA de Lleida, en el desarrollo de microorganismos para el control de las principales enfermedades de postcosecha. Fruto de este trabajo, contamos con una amplia colección de potenciales agentes de control biológico para fruta de pepita, hueso, cítricos y uva, dos de los cuales han sido patentados y cedidos los derechos de explotación a dos empresas interesadas en su comercialización. Los trabajos que se describen en este artículo pasan por el aislamiento, estudios de efectividad, producción, formulación y por las nuevas técnicas de mejora de los microorganismos, que permiten conseguir formulaciones mas estables y ampliar los huéspedes y ambientes en los que pueden actuar.
Se expone la eficacia fungicida, el control de las cepas resistentes, la inhibición en la aparición de las mismas y el amplio espectro de las combinaciones de tratamientos obtenidas por los formulados comercializados por Productos Citrosol S.A.: Citrocil, Citropel, Mirage y Ortosol. Dentro de la necesidad de combinaciones (mezclas) de formulaciones fungicidas en la postcosecha de cítricos, estos preparadas consiguen los mejores resultados en el control global de los problemas ocasionados por el podrido durante la post-recolección de frutos cítricos, incluidos los provocados por las cepas resistentes al tiabendazol y/o al imazalil.
Las técnicas actuales de control de los patógenos fúngicos durante la post-cosecha se basan en la utilización de fungicidas de síntesis, cuyo empleo inadecuado ha conducido a la aparición cada vez más frecuente de cepas resistentes. Uno de los mecanismos más habituales de adquisición de resistencia radica en la mutación de ciertos transportadores implicados en eliminar de la célula los compuestos tóxicos o en genes que intervienen en rutas de síntesis de determinados compuestos. La aparición de reglamentos más estrictos respecto a los residuos en los frutos conlleva que una de las principales prioridades de la UE sea velar por la seguridad alimentaria mediante la reducción del empleo de fungitóxicos. Por este motivo, es importante identificar y caracterizar los mecanismos implicados en la aparición de cepas resistentes a los fungicidas más empleados en la post-cosecha.
La podredumbre en la postcosecha se puede atribuir a las infecciones que surgen ya sea entre el florecimiento y la maduración de la fruta, o durante la cosecha y su posterior manejo, almacenaje, comercialización e, incluso, tras la venta al consumidor. Se han hecho intensos esfuerzos para reducir al mínimo estas pérdidas, tanto a través de una mejor comprensión de la biología y la etiología de las enfermedades de postcosecha, como mediante el desarrollo de estrategias de control adecuadas.
Ya totalmente autorizado y utilizado comercialmente en 26 países de todo el mundo, el Sistema de Calidad SmartFreshSM ha demostrado su valor como herramienta para mejorar las prácticas de gestión de la calidad en el sector de los productos frescos. Por el momento, SmartFreshSM ya cuenta con un permiso para las manzanas en Cataluña, y hace ya tiempo que empezaron las pruebas exhaustivas previas a la comercialización con las manzanas, caquis y ciruelas en el resto de España; también se están realizando pruebas científicas con peras y tomates para preparar su uso comercial en todo el país, una vez se conceda la autorización nacional.
En la exposición se analizará el efecto de pre-tratamientos (3 días) con elevadas concentraciones de CO2 (20%) en la regulación del proceso de maduración. Asimismo, en base a la capacidad de los frutos para activar mecanismos de defensa en respuesta a factores ambientales, se profundizará en las bases fisiológicas y moleculares de acción del CO2 frente a las principales alteraciones fisiopatológicas durante la conservación a bajas temperaturas. Concretamente, se especificará el efecto de altas concentraciones de CO2 en la reducción del ataque fúngico en uva de mesa y en la superación del daño por frío en chirimoya.
TECNIDEX es una empresa de productos fitosanitarios, tecnologías y servicios postcosecha para las frutas y hortalizas, que basa su actividad en cuatro pilares fundamentales como son la calidad, el servicio, la innovación y el medio ambiente. Pero estos cuatro pilares no son suficientes, son sólo un medio para conseguir un fin: LA SALUD. Lo más importante es ofrecer SALUD a las Centrales Hortofrutícolas, a las Frutas y Hortalizas, al medio ambiente y, en definitiva, al consumidor final y a la sociedad en general.
La demanda de calidad obliga a dedicar más esfuerzos en los procesos de inspección, acondicionamiento y distribución y por ello es imprescindible el desarrollo de dispositivos que permitan la estimación automática y no destructiva de los atributos de calidad. En la actualidad se está trabajando no sólo en el desarrollo de sistemas de inspección basados en visión artificial, sino también en sensores que permitan inspeccionar el interior de las frutas sin ser destructivos, o que midan parámetros como la firmeza, el contenido en azúcares y la acidez, ya que muy relacionados con las apreciaciones de la calidad por parte del consumidor.
La podredumbre del melocotonero (Prunus persica L. Batch) es una de las enfermedades más importantes de este cultivo y de otros frutales de hueso. Las pérdidas más importantes se dan en los frutos pudiendo llegar hasta un 80% en años con condiciones climatológicas favorables para el desarrollo de la enfermedad, sobre todo en huertos de variedades tardías (LARENA y col., 2005).
La aplicación de nitrógeno durante la fase de cultivo tiene efectos sobre algunos de los parámetros de calidad habitualmente analizados en diferentes cultivos, como los cereales, patata, frutas y hortalizas. La acumulación de nitratos en hortalizas de hoja es un parámetro limitado por la UE y directamente relacionado con la nutrición nitrogenada de estos cultivos. La reducción de la acumulación de nitratos en los suelos agrarios con el uso de fertilizantes con inhibidores de la nitrificación es una posibilidad para reducir la acumulación de nitratos en los cultivos. La gestión del nitrógeno en cereales también tiene un efecto clave en la calidad harinera y de fabricación de pasta de los trigos y en la calidad cervecera de la cebada. De todas formas aún existe una falta de información importante entre la relación de la nutrición nitrogenada y otros aspectos nutricionales de los cultivos, como su contenido en aminoácidos, vitaminas,?.
Desde hace tiempo se conoce la influencia del calcio en determinados aspectos de la calidad de las manzanas, fundamentalmente en la prevención de determinadas alteraciones fisiológicas como el Bitter pit. El calcio incide también aunque en menor medida en otros aspectos de la calidad, incrementando la firmeza, disminuyendo la acidez y reduciendo la producción de etileno. La dificultad en la captación de calcio por parte de los frutos y su interacción con otros nutrientes, en muchos casos hace necesaria la aplicación de calcio ya sea en campo mediante pulverizaciones o en baños poscosecha. Los resultados obtenidos a fin de incrementar el contenido en calcio del fruto, mejorar la calidad en conservación y evitar la aparición de fisiopatías son muy variables pues intervienen factores genéticos y ambientales. El complejo papel del calcio en el metabolismo de la planta como regulador de determinados procesos fisiológicos, sigue siendo hoy en día objeto de una amplia investigación.
Cumplir como productor o exportador con los requisitos legales en materia de residuos de productos fitosanitarios es cada vez más difícil. Hasta que se armonicen los Límites Máximos de Residuos a nivel de la Unión Europea, cada país aplica sus propios límites, lo cual es una situación confusa para los proveedores de frutas y hortalizas. Esta situación se ha agravado desde hace dos años, cuando especialmente las cadenas de supermercados alemanes han impuesto normativas más restrictivas que la legislación nacional. Responden de esta manera a la presión social para reducir la presencia de residuos en frutas y hortalizas.
Para asegurar la comercialización de los frutos cítricos en condiciones adecuadas de rentabilidad y de sanidad, son necesarias las aplicaciones de tratamientos fungicidas de post-recolección, tratamientos que son autorizados por las Administraciones tras asegurarse su eficacia y sobre todo su seguridad para el consumidor y el medio ambiente en las dosis de aplicación según BPA (Buenas Prácticas Agrícolas). Sin embargo en los últimos tiempos están surgiendo dos importantes problemas para el mantenimiento de las materias activas fungicidas en el mercado. El primero de carácter legislativo por la dificultad técnica y el elevado coste económico que conllevan el registro o re-registro de las mismas. El segundo de carácter sociológico o mediático por parte de grupos de presión que están provocando trabas para una adecuada aplicación (con eficacia) de los fungicidas según BPA.
La comercialización hortofrutícola es un tema de vital importancia para España, por lo que su evolución y situación de las exportaciones, así como las tendencias actuales y futuras del consumo resulta de gran trascendencia para nuestro país. No hay que olvidar que, junto a Italia, representamos el 50% de la producción hortofrutícola de la Unión Europea y que la reciente ampliación de la comunidad resultara significativo en el futuro inmediato. Por todo ello, los próximos años van a significar una corrección de nuestra posición. Sin olvidar por todo ello, que la profesionalidad, el potencial productivo, la experiencia y la fiabilidad son en estos momentos el gran activo de las empresas españolas.
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